«Identifica tus problemas, pero dale poder y energía a las soluciones».
Esta frase de Tony Robbins define con bastante claridad el significado de la palabra resiliencia.
Porque la vida, en definitiva, también va de superar retos y de aprender a bailar bajo la lluvia en lugar de esperar a que pase la tormenta.
Seguro que te has visto en una encrucijada así alguna vez. El presente te pone a prueba y te obliga a elegir entre dos caminos: dejarte llevar o tomar las riendas.
Y lo sé. La segunda opción es la más difícil. Porque la resiliencia es, también, esa capacidad tan jodida de aprender.
Qué significa la palabra resiliencia y cómo se puede fortalecer
Esta es la definición de resiliencia según la RAE (Real Academia Española de la Lengua):
«Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos».
Es bastante darwiniano esto, ¿no te parece? El naturalista inglés ya había dejado claro, allá por 1859, que «las especies que sobreviven no son las más fuertes, si no las que se adaptan mejor al cambio».
¿Pero cómo sobreponerte a los cambios cuando la vida te golpea con fuerza? ¿Cómo afrontar un proceso tan doloroso como la muerte de un ser querido o el fracaso de un gran sueño?
Las personas resilientes, por lo general, tienen un concepto positivo de la realidad en su conjunto. Suelen considerar que no existe una vida difícil, si no circunstancias pasajeras adversas. Y lo más importante es que tienden a salir fortalecidos de este tipo de situaciones.
«El fracaso fortifica a los fuertes», decía Antoine de Saint-Exupéry.
¿Pero se puede entrenar esto? Te preguntarás. ¿Se puede fortalecer la resiliencia?
La buena noticia es que sí. Si pones de tu parte, puedes incorporar a tu vida las características de una persona resiliente y reestructurar tus propios recursos a la hora de afrontar tus problemas.
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Las 5 cualidades que caracterizan a una persona resiliente
La resiliencia nace y se hace. Es decir, existen personas que, por su propia naturaleza, tienen cierta predisposición a ver el mundo desde un punto de vista más optimista.
Sin embargo, eso de quitarle hierro al asunto no es tarea fácil si tu tendencia se inclina más hacia el lado opuesto de la balanza. O, claro, si te enfrentas a una situación especialmente dura y difícil.
En cualquier caso, la resiliencia también se aprende y se entrena. Y por lo tanto es algo que podemos desarrollar a lo largo de nuestra vida, siempre y cuando sepamos cómo empezar a cambiar nuestros hábitos y creencias.
Estos son los 7 consejos que debes seguir si quieres convertirte en una persona resiliente:
1. Reconoce tus fortalezas, pero también tus debilidades
Conocer tus habilidades y tus defectos supone ponerle cara a las situaciones en las que eres fuerte, y también a aquellas en las que necesitas ayuda. Esto es básico para lograr la estabilidad personal.
El autoconocimiento es una herramienta muy valiosa, pero muchas personas la ignoran porque es difícil mirar hacia dentro, o simplemente porque les genera incomodidad.
Sin embargo, las personas resilientes reconocen sus flaquezas, lo que les permite pedir ayuda cuando la necesitan.
Reflexiona sobre este asunto y pide consejo a tus seres más cercanos para definir dónde están tus fortalezas y tus debilidades.
2. Controla tu mente, descontrola el presente
Las personas con capacidad de resiliencia saben que no tiene ningún sentido intentar controlar todas las situaciones. Porque, de hecho, una de las fuentes de estrés más habituales es esa ilusión de querer evitar la incertidumbre en todo momento.
Esto les sucede a las personas especialmente perfeccionistas, así que si es tu caso, prueba a dejarte llevar y a centrar tu necesidad de control en tus propias emociones más que en el entorno que te rodea.
3. Destierra la palabra problema de tu diccionario
El lenguaje no solo es un sistema de comunicación, sino también de creación de realidad. Se sabe, por ejemplo, que las personas que padecen estados de ánimo depresivos suelen utilizar términos absolutos en la definición de los fenómenos. En este sentido, frases como «la vida es muy dura» o «siempre tengo muchos problemas» generalizan ese estado negativo de las cosas.
¿Pero son perennes los problemas?
Definitivamente no, a menos que tú decidas lo contrario.
Por tanto, si quieres ser desarrollar la resiliencia debes ser consciente de que el lenguaje está determinando la arquitectura de tu mente.
Dicho de otro modo, tus pensamientos están formados por el lenguaje y dependen de él. Así que prueba a desterrar la palabra «problema» de tu diccionario y sustitúyela por «reto», por ejemplo. Y haz este ejercicio con todos esos términos negativos que están frenando tu desarrollo. Escúchate.
4. Asume cada reto como una oportunidad
Cada error te enseña algo y cada pérdida te hace más fuerte. Fracasar o echar de menos es difícil, lo sé. Escuece como la sal en una herida abierta, y por eso te decía al principio que la resiliencia puede entenderse también como esa capacidad tan jodida de aprender.
Pero lo cierto es que no hay algo que caracterice mejor a las personas resilientes que esta idea. Asumir las crisis como oportunidades para generar un cambio es algo que te hará crecer como nunca antes.
5. Rodéate de personas con una actitud positiva
«Eres el promedio de las cinco personas con las que más tiempo pasas».
Esta es una de las frases más populares de Jim Rohn y me parecía fundamental incluirla en este listado.
Si necesitas también algunas claves para aprender a alejarte de las personas tóxicas y rodearte de quienes realmente suman cosas positivas a tu vida, te invito a leer este artículo.
Échale un ojo y dime si crees que toda esta información podrá ayudarte a ser una persona más resiliente.
Te escucho.
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