Cómo poner en práctica el liderazgo transaccional

Hacía apenas tres meses que David había llegado a Londres con los sueños encogidos en la garganta. Estudia una carrera, le habían dicho de niño, y tendrás el pan garantizado. Sin embargo, su título de ingeniero industrial no le había servido para nada más que adorno, y lucía enmarcado en el salón de casa de sus padres, en aquel pequeño pueblo al sur de España, impoluto.

Llegó David a la ciudad de la lluvia eterna sobre el Big Ben y no le costó encontrar trabajo en una cadena de wraps vegetarianos. Empezó limpiando los fogones y sacando la basura, pero en menos de tres semanas ya estaba atendiendo al público. Le habían subido el sueldo y aquellas libras extra le habían dado el empujón mental necesario para repetirse aquello de «yes, you can». Soñaba ya con ser el empleado del mes y con seguir ascendiendo hasta llegar a encargado, lo cual le permitiría alquilar un apartamento más céntrico.

No tenía ni idea David de que su motivación formaba parte de una estrategia perfectamente orquestada en las entrañas de la empresa. Su jefe era un tipo listo. Establecía objetivos, expresaba acuerdos claros, daba a conocer las metas e ideaba procesos para que sus empleados fueran recompensados siempre por su esfuerzo y compromiso. Era el ejemplo perfecto de líder transaccional.

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Qué es el liderazgo transaccional

A grandes rasgos, el líder transaccional promueve el cumplimiento de los miembros de su equipo a través de premios o castigos. Es útil en empresas que presentan una estructura estable en el tiempo y en las que se desarrollan siempre los mismos procesos. Por tanto, quien encabeza la organización debe desarrollar un papel de organización, supervisión y desempeño del grupo.

A diferencia del liderazgo transformacional, que tiene una importante carga de cambio y de futuro, el transaccional busca mantener el orden de las cosas, pero con una mejoría. Y al tiempo que se promueve la implicación del equipo se corrigen posibles desviaciones en los procesos.

Este tipo de liderazgo también puede ser útil en situaciones de crisis o urgencia y que requieren de una implicación máxima de los empleados. O en proyectos que deben ser ejecutados de una manera muy precisa.

Las necesidades según Maslow

¿Recuerdas aquella pirámide de colores que ordenaba las necesidades humanas? En la base estaban las fisiológicas, las básicas y las relacionadas con la seguridad. Duermes, comes, estás a salvo. Y si ascendías encontrabas otros aspectos importantes para la felicidad propia, como el reconocimiento o, ya en la cima, la autorrealización. Ese nivel superior estaba acompañado de palabras como crecimiento, motivación o creatividad. Qué maravilla.

Bien, pues el liderazgo transaccional tiene mucho que ver con todo esto. Porque cuando las necesidades de reconocimiento se ven mermadas, asoman la baja autoestima y las ideas de inferioridad. Y si esto lo trasladamos al terreno organizacional, es fundamental lograr ese equilibrio para que las personas rindan y trabajen motivadas.

Ejemplos de liderazgo transaccional

Los líderes transaccionales son motivadores por definición. Suelen tener una orientación hacia la acción y tienden a negociar para alcanzar los objetivos. Además, son rápidos a la hora de resolver problemas.

El gran ejemplo de liderazgo transaccional lo encontramos en McDonald’s, donde los trabajadores aspiran a ser el «empleado del mes» y son premiados con una placa y un incentivo económico.

Pero también hay líderes históricos que son ejemplos claros de este tipo de liderazgo. Como el senador estadounidense Joseph McCarthy y su estrategia implacable para acusar a personas del gobierno de Estados Unidos de ser espías soviéticos durante la Guerra Fría.

O como el francés Charles de Gaulle, que dirigió la resistencia de su país contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. A través del liderazgo transaccional y de la estrategia de recompensa y castigo, se convirtió en el gran referente de la liberación de Francia cuando pasaba por un momento de crisis histórica sin precedentes.

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Cómo poner en práctica el liderazgo transaccional

Si crees que tu organización está en un punto estratégico en el que os sería útil implementar el liderazgo transaccional, apúntate estos consejos:

  • Fija objetivos, diseña con calma los acuerdos y da a conocer los procesos a tu equipo de manera transparente.
  • Si quieres aumentar la eficiencia de las rutinas y los procedimientos, es fundamental que las reglas sean precisas.
  • Establece prácticas estandarizas que ayuden a tu organización a alcanzar la madurez y que puedan integrarse a buen ritmo.
  • Deja claras cuáles serán las recompensas o refuerzos positivos, y cuáles las penalizaciones.
  • Traslada tu visión de futuro y motiva a tus empleados para que se impliquen al máximo en los procedimientos.

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Pablo Santxez

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