«En algunas ocasiones, mi gente está dispuesta a decirme que me equivoco. Si quieres contratar a gente maravillosa que quiera trabajar contigo, tienes que dejarlos que tomen sus propias decisiones y tienes que equivocarte con tus ideas. Porque al final, las mejores ideas son las que prevalecen».
Esta frase no es nuestra. Es Steve Jobs. La dijo sin pensárselo mucho durante una entrevista. Y es curioso, porque Jobs, sin ser un líder laissez-faire al uso, supo ejercer este estilo de gestión en ocasiones puntuales.
Pero deja que antes de profundizar en esta idea te hagamos una pregunta:
¿Cuánta confianza tienes en tus empleados?
Es la pregunta de la que todo parte cuando se trata de hablar de liderazgo laissez-faire. Basado en la idea de «dejar hacer» a los miembros de tu equipo, este estilo de gestión es el menos autoritario y consiste, básicamente, en intervenir solo cuando es estrictamente necesario.
Pero claro, cuando eliges situarte en el lado más libre de la balanza puede que surjan muchas dudas. ¿Cómo influye esto en la eficacia y la productividad de tu organización? ¿Qué papel juegas tú como líder al frente de un equipo autónomo y capaz de tomar sus propias decisiones?
Te damos todas las respuestas en este artículo.
Qué es el liderazgo laissez-faire
La semana pasada hablamos en el blog sobre liderazgo autocrático, un estilo en el que el líder toma las riendas y asume todas y cada una de las decisiones que competen a su organización. Pues bien, el liderazgo laissez-faire es todo lo contrario y se sitúa en el lado opuesto del balancín.
Un líder laissez-faire (expresión es de origen que significa «dejar hacer, dejar pasar») acompaña y brinda apoyo a sus empleados. Pero no interviene en los procesos ni los supervisa continuamente. Tiene, por tanto, un papel neutral que también se diferencia en algo del liderazgo participativo, porque en este caso el líder no involucra al equipo en la toma de decisiones asumiendo el rol de experto, si no que le transfiere gran parte de ese poder.
Esto puede ser clave a la hora de impulsar la motivación de tus colaboradores. La libertad puede ayudarles a reforzar la confianza en su profesionalidad, y esto puede llegar empoderarlos como ningún otro tipo de liderazgo. Pero, como siempre, no todo es blanco o negro.
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Consecuencias de ponerlo en práctica
El hecho de que tu organización gane autonomía puede suponer también una liberación para ti. ¿Cómo te sentirías teniendo la seguridad de que todo seguirá funcionando aunque no estés? Suena genial, ¿verdad?
Por otra parte, tu equipo, al trabajar bajo una presión menor, sufrirá menos estrés y, con mucha probabilidad, estará más motivado para aportar ideas nuevas y puntos de vista que pueden ser muy interesantes.
De hecho, cuando un empleado se enfrenta al reto constante de poner a prueba sus competencias, es más probable que se sienta estimulado para dar lo mejor de sí mismo, potenciando así sus habilidades.
Sin embargo, todo tiene su cara y su cruz. El hecho de dar libertad para tomar decisiones puede favorecer la colaboración y las sinergias, pero también los conflictos y las hostilidades. Cada persona es un mundo y, en este sentido entran en juego la personalidad propia de cada individuo y su carácter a la hora de afrontar los retos marcados.
Además, si en algún punto del proceso se produce una desviación y tus empleados no se centran en el resultado según el nivel que la organización exige, es probable que los objetivos terminen por no cumplirse. Y esto, obviamente, traerá consecuencias negativas para la eficiencia a largo plazo.
Es vital, por tanto, que tengas la seguridad de que cuentas con un equipo capacitado y experimentado. Solo así podrás tener la tranquilidad que necesitas para confiar en que tus empleados sabrán encontrar la motivación que les hace falta en cada punto del proceso.
Cuándo usar este tipo de liderazgo
Al ser un estilo de liderazgo en el que se delega totalmente, es importante que sepas cuándo usarlo. Y para aclararte un poco la hoja de ruta, te dejamos aquí algunas afirmaciones. Dinos si te identificas con ellas en los comentarios:
- El compromiso y la madurez profesional de tus colaboradores es admirable.
- Necesitas agilizar los procesos y eliminar reuniones que no son productivas.
- Quieres disparar las habilidades de tus empleados con más talento dentro de la organización.
- Te mueves en un sector en el que hay cuestiones que desconoces y necesitas expertos en la materia que aporten ideas nuevas.
- Crees que tu equipo está altamente cualificado para materializar los resultados que la situación actual exige.
Tu papel como líder laissez-faire
Al principio de este artículo te lanzábamos una pregunta:
¿Qué papel juegas tú como líder al frente de un equipo autónomo y capaz de tomar sus propias decisiones?
Uno de los principales riesgos del liderazgo laissez-faire es que tu propia imagen se vea dañada y que tu equipo termine con la sensación de que eres una persona poco comprometida. Y a su vez, esto puede generar algunos problemas de cohesión. Porque la baja preocupación por el desarrollo de los procesos puede suponer que el compromiso de tu equipo sea también menor a largo plazo.
Para evitar esto te recomendamos tres cosas :
1. Ofrece información de manera suficientemente ordenada y completa antes de poner en marcha cada proceso.
2. No establezcas objetivos a muy largo plazo para que no se pierda el foco en el camino y la visión de tu organización no quede comprometida.
3. Delega a estos niveles únicamente cuando tengas la plena seguridad de que tus colaboradores tienen la madurez y el talento suficientes.
Ten esto en cuenta antes de empezar
En este punto queremos recordarte que todos los tipos de gestión de los que venimos hablando en los últimos meses no son excluyentes. Es decir, puedes combinarlos o alternarlos en el tiempo según las necesidades de tu organización. Porque ahí precisamente está la magia de capitanear barcos:
Saber cuándo actuar de un modo u otro según tu entorno, tus retos, la exigencia de tus proyectos y las capacidades de tu equipo es lo que hará de ti un gran líder.
¿Estás de acuerdo?
Cuéntanos cuál es el tipo de liderazgo que más te identifica hasta la fecha y cuáles has puesto en práctica.
¡Te leemos!
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